miércoles, 23 de julio de 2008

Rayadas mentales que rozan la demencia II


Cuando entro en la cabina de rayos UVA empiezo a contar. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis...hasta llegar a sesenta. Cuando llego, marco un uno con una mano, y empiezo a contar de nuevo, para marcar al llegar de nuevo a sesenta un dos con la misma mano de antes...Cuando llego mas o menos a la mitad del tercer minuto me abstraigo sin darme cuenta, mi mente se sale de la cabina y me situo en otro lugar muy lejos del ardiente calor que desprenden esos tubos cancerígenos.
Interrumpo sin aviso alguna conversación en la que dije las palabras equivocadas, e intento imaginar que hubiera pasado si en realidad hubiera dicho lo que debía y quería decir. Y de esa charla me traslado en cuestión de un segundo a una habitación casi oscura, que pasó de estar llena de rencor a felicidad, y de ahí nuevamente a odio, en cuestión de un instante. Y de esa habitación soy capaz de mudarme a otra en la que entraban unos pocos rayos de luz, los suficientes para iluminar las dudas y los pensamientos desconocidos que nunca antes habían tenido lugar en mi cabeza, y los cuales siempre juré que no permitiría entrar. Y ante el agobio de no saber que hacer con esos nuevos sentimientos, me alejo hasta una tarde en la que no podía parar de reir, y soy capaz de representar la forma de mis labios esbozando esas sonrisas, pero no consigo volver a sentirme igual de pletórica porque esa situación ya no me hace gracia.
En ese momento me canso de recordar cosas pasadas, y me voy a mi pasado más presente...Y busco los motivos por los que hago las cosas, los motivos que me hacen sentir lo que siento, y llego a un punto en el que no entiendo por qué pasa nada. Y entonces es cuando llego a la conclusión de que así se siente todo el mundo, pero con la única diferencia de que el resto no es capaz de dejar su mente en blanco durante al menos diez minutos para darse cuenta de esto. Y descubro que lo único que yo hago es seguir la corriente, y conformarme, conformarme siempre con mi vida tal y como ha sido hasta esos diez minutos. Y entiendo que no todo tiene por qué ser así. Que puedo dirigirme hacia el momento que quiera para hacer lo que quiera. Y que si quiero volver a sentirme igual de feliz que aquella tarde, puedo hacerlo, sólo tengo que desearlo e intentarlo. Y que si quiero descubrir de qué coño van esos pensamientos extraños que surgían en la habitación en penunbra, sólo tengo que indagar y no dejarlo pasar por miedo a los cambios que me puedan traer.
Me harte de conformarme mientras estaba rodeada por esos tubos ardientes. Me cansé de estar cabreada en silencio, por afirmar que total ya, las cosas eran así y no las podía cambiar. Me cansé.
Me cansé, y en ese momento una luz verde fortísima me abrió los ojos. Minuto cuarto, treinta, treinta y uno, treinta y dos, treinta y tres...Y se apagan las luces porque ya han pasado los diez minutos.
Estoy un poco más cerca de tener las piernas morenas.

6 comentarios:

-F osca Dràstica dijo...

piernas morenas e ideas claras. grandisimo tu post one more timeeeee. grande grande. Tú viajaste donde dijiste las palabras equivocadas, yo viajo donde no dije ni dejé decir. grande grande grande
muaki
grandisimaaaa

-F osca dijo...

una sorpresa es el palito...
CUAL ES LA OOTRAAAAAAAAAAA????

Anónimo dijo...

Joroña!
Eso es una lámpara de rayos UVA o se trata de STARGATE?
(después de leerte, akojona eso de ponerse moreno)

Sparkling Diamond dijo...

A que si??Yo siempre que me meto dentro tengo unos segundos en los que pienso en salirme jajaja

-F osca dijo...

PERO Q GRANDES LOS VOCABLOSSSSSSSSSSSSSSSSS
JAJAJAJA

DIME Q VIENES D VERDAD A TERRA FOSCA ESTE MESSSSSSSSSSSS

:D

UOOOOOOOOOOOOOOOOO

ME PARTO DE IMAGINARLOOOO

Sparkling Diamond dijo...

Ya t lo he dicho!Pero solo si rodamos lo de las vallas, q tngo unas ganas...
Tía mira el festival ECOPOP este, vamos?