Todo es empezar

Le acabo de decir a -F que para escribir algún post, todo es empezar, pero lo cierto es que llevo media hora empezando y no consigo saber siquiera sobre qué escribir.
No recuerdo con exactitud cuando comencé a escribir, ni sobre qué trataba lo primero que redacté. Lo que si recuerdo son algunos momentos garabateando una hoja en blanco sin poder parar, incluso recuerdo una época en la que escribía utilizando el alfabeto griego para que si alguien lo encontraba no pudiera entenderlo.
Recuerdo perfectamente una tarde- noche de invierno, que no paraba de llover; era la típica noche en una película de terror. Estaba sola en casa y tenía que estudiar, pero no me concentraba. Había discutido con alguien y no podía pensar en otra cosa. Le llamaba continuamente, pero me decían que no estaba en casa y yo no me lo creía. Entre llamada y llamada escribía lo que iba sintiendo, y a la vez lloraba tanto que ese folio (que aún conservo en algún cajón de mi habitación) se quedó demasiado blandengue. Igual de blando que el sentido de esas lágrimas cuando me llamó por teléfono y me explicó que todo había sido un malentendido y tenía una explicación razonable.
Todas las buenas hojas escritas las relaciono con un momento triste, o de dudas, o de rayadas mentales que rozan la demencia...por eso llevaba sin escribir más de un año. Y por eso suelo decir que si en un futuro no soy una desgraciada, acabaré en el paro o de camarera en el VIP´S.
Pero bueno, no me quejo. No me importa sacrificar un bló, o que quede un poco más cutre, si a cambio tú me robas sonrisas.
Porque una cosa tan simple como lo que se siente al ver que alguien es capaz de hacerte sonreir con una mirada, nunca nadie podrá describirlo con un puñado de palabras publicadas en un bló, y etiquetadas en una extraña sección.