sábado, 20 de diciembre de 2008

Con voces con tono elevado de fondo, yo pienso, y pienso, y me hundo dentro de este vaso de plástico que realmente no me apetece beber. Me gusta ver como los hielos se van haciendo cada vez más pequeñitos. Al agitar el vaso se mueven de un lado a otro, y parecen estar pidiendo auxilio para que alguien les salve del ahogo. Igual que en su mundo, igual que ella cuando alguien agita su vida. Aunque ellos tienen la ventaja de que saben que en algún bendito momento se derretirán del todo y desaparecerán.
Aquella mañana se despertó mareada. La cabeza le daba vueltas como si hubiera pasado toda la noche dentro de una coctelera mientras alguien fabricaba la bebida alcohólica más sabrosa de la historia. Pero su vida era perfecta, todo estaba bien como estaba, y estaba tranquila porque sabía que nada podía cambiar. Así que un poco de mareo no iba a quitarle la sonrisa de su cara.
Salió a la calle con todas las manos ocupadas. Por más que lo evitaba, siempre iba cargada de cosas. Y como era de esperar, al girar la primera esquina se chocó con un chico que giraba la misma esquina pero en sentido contrario, y también cargado de cosas. Se pidieron perdón sin mirarse a los ojos. Cada uno recogió sus cosas, y siguieron caminos opuestos.
Cuando ella se levantó del suelo se sentía más mareada aún, y empezaba a sentir mucho calor, como si se estuviera derritiendo.
Cuando él avanzó un par de pasos, comenzó a sentirse también muy mareado.
Ambos se giraron a la vez, y se miraron a los ojos. Descubrieron entonces que se necesitaban. Y dejaron de estar mareados, y comenzaron a tener el frío propio de diciembre.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues no, no has perdido la práctica. Hielos, coctelera... cualquiera diria que estás bebiendo ahora mismo xd

Sparkling Diamond dijo...

A qué si??Pues nada, son imaginaciones tuyas!!!

-F osca Dràstica dijo...

me gusta el final, pq igual es lo único cierto: hace frío XD

Sparkling Diamond dijo...

Es que en el salón de Terra Fosca hace un frio de cojones...XD