jueves, 20 de noviembre de 2008

Pasaban los días, y las cosas no cambiaban. Se aferraba a cambios superficiales para convencerse a sí misma de que las cosas iban a mejor, pero la realidad es que seguía como siempre: vacía, sola, teniendo todo lo que nunca había querido tener. Lo peor es que no sabía como empezar a cambiar las cosas. Por dónde empezar, por quién, y de qué manera...cada segundo que pasaba se perdía más.

Un día subió al ático. Nunca antes había estado allí, pero esa tarde escuchó una voz que le sugirió que fuera a verlo. Se acercó al borde y miró con respeto al suelo. Le entró miedo por el vértigo, e intentó girar sobre si misma para volver a su piso. Al dar la espalda al vacío, alguien gritó desde abajo. Se acercó de nuevo, y al escucharlo lo comprendió todo.

"Se acabó el huir"- dijo en voz alta. Y saltó.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

La culpa es de esa horterada que tienes por flequillo, que no te deja ver bien... :P
Todo es ponerse.

Mr. House dijo...

Pues la chica siguio huyendo pero hacia abajo... XD

Mr. House dijo...

Por cierto, coincido con glog...:P

Los demonios de la noche bajaron(con las letras de cocacola) y se llevaron parte de tu pelo... XD

Sparkling Diamond dijo...

jajajaja, Mario no mientas que ayer te gustaba!!!!

-F osca Dràstica dijo...

pensé q iba a tropezas y pallll piso XD jojojo
enorme la nueva cabecera frase piratil incluida :D